La otra noche, el Javier (pinche panzón de mierda, chinga tu madre) me dijo que él tenía mi cámara, que ya la handaba dejando en el techo de la troca y que por poco la hago mierda (¡ni que me la fuera a comer, ojete!) total que me la entregó y cuando me pongo a ver las rucas bien guenototas que me tiré... mejor vean la pendejada.




No mames... A la verga.
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